supongo que rayuela, como dice adrián, te persigue,
siempre viene a mí cuando no me encuentro
ella me ayuda a encontrarme, sentado en una silla.

espero un plano de madrid y una clase sobre hiatos.
Un tranquilo y juicioso verdugo,
te muestra la muerte en tus ojos, tu reflejo en el agua.
La vida, un juego frío y frágil.
Avanzando hacia puentes tétricos
que sostienen la vida
y la muerte.
La vida, juego
si juego maniquís danzando en la ciudad.
Un profundo y desesperado grito,
amortigua la almohada,
los ojos azulados y etéreos,
el agua en tus ojos,
tu imagen en ella.
Mira, eres tu lastimoso verdugo.
Juzga y asiente.
Di que vas a morir,
que es breve la vida,
si breve, concisa y dolorosa.
Vas a caer pronto, siendo caída mero artificio.
Las manos automáticas del hombre:
“¡No leas, firma”, esta es tu declaración!
[de principios
esta es tu declaración nihilista.
Aceptas, por tanto, tu muerte
y tu consecuente ascenso
al universo unilateral
del cual vas a ser dueño.
Sí, has caído en el engaño,
Has caído en la inocencia.
Sólo tienes que firmar,
¡serás plenamente feliz!
sí, todo se quedará en nada cuando te decidas a cerrar la boca
por suerte no me dediqué a escucharte.
supuse que acabarías por cansarte de insistir,
supusiste que acabaría por ceder
y bueno, yo cedí. sí, te dije
y no quisiste escuchar.