lunes, 10 de septiembre de 2007

como espejos, atravesandolos, viendome.

no sé cómo empezar a decir quién soy y cómo soy. supongo que todo cuanto soy se resume en este poema.

Es oscuro,
si por oscuro te veo callada.
Inquieto, parado, sujeto a sí mismo
como agujas, sostenidas en tu madeja.
Y permanece tu mirada fija
y absorbida,
y es un juego.
Todo es un juego consistente en vencer los ojos del otro,
siempre del otro.
Ajeno y simple,
Brillando si logras tocarme,
Incorpóreo. Alejado
de esa puerta metálica,
desgarradora y abrumante
que me conduce, o no,
a la calma infinita.

Y, nuevamente, el otro me atraviesa.
Y me dice:
“ven, ¿no quieres mostrar tus párpados?”]
y dudo, y él, fijo, me mira
y se marcha
y le sigo, tajante.

Entonces, caigo, o asciendo. Y golpeo mi cuerpo
y llego a ese lugar.
Sí, el juego, un juego abstracto.
Y si gana el otro, tendré que hacerle caso.
Si él pierde, me veo ante la puerta,
golpeando.

Aunque tal vez…
Jamás sepa si es ella quien me golpea a mí.
***


Carente, extrañado y vacío.
Impulsado incesantemente hacia la abrumante sensación
de ingravidez mental.
De no saber contra qué me opongo.
¿Qué me guía hacia adentro?

1 comentario:

Ferran dijo...

Ahora que quería yo abrirme uno (bueno hará unas semanas), pecaré de falta de originalidad si lo hago...
aunque bueno, creo que prefiero escribir en mi moleskine...